Descripción
Ninguna institución social puede estudiarse en el vacío. Sólo es posible entender la institución universitaria en el contexto del sistema educativo y éste en el contexto global de la sociedad. La universidad, como uno de los pilares de dicho sistema, tiene que ser analizada y dirigida bajo estrategias globales inmersas en la sociedad local, nacional e internacional, que ejercen influencias recíprocas, no sólo entre ellas sino entre la sociedad y la propia universidad
Bajo esta línea de pensamiento se considera que las universidades no existen independientemente de las sociedades y sus misiones tienen que estar totalmente relacionadas con la misma idea de sociedad. ¿Universidad para qué sociedad? Este debe ser el comienzo de todo intento por establecer objetivos institucionales que respondan a esa visión dialéctica de modificar y ser modificada a la vez, de responder a las necesidades locales e internacionales, de integrar lo universal y lo particular, de servir a la comunidad y servirse de ella, de contribuir al desarrollo endógeno pero también al desarrollo sostenido del mundo, de hacer compatibles la unidad y la diversidad, de saber ser y de saber hacer.
Estos paradigmas dan idea de los muchos procesos que se debaten en el seno de la propia institución universitaria, los cuales aumentan su complejidad al interrelacionarse con los de la sociedad. No es el objetivo de esta síntesis definir qué sociedad global se configurará en el próximo siglo ni cuáles serán sus particularidades culturales y étnicas. Pero se hace imprescindible delinear algunos principios universales de la sociedad deseable que confieren sentido y trascendencia al ser humano.
Vivimos en un periodo histórico de profundas transformaciones sociales sin que existan uno o varios horizontes utópicos hacia dónde dirigir el esfuerzo transformador. La sociedad avanza a un ritmo muy superior al de sus propias estructuras. La universidad reacciona por detrás de los acontecimientos. Se constatan fuertes tendencias en el mundo por reformar las universidades en sus misiones y prácticas. La mayor parte de las veces, las reformas iniciadas han sido de carácter limitado, espasmódicas y en secuencias fragmentadas. La reforma debería significar la evaluación continua, sin fin, de la universidad para modificar lo que tiene que cambiar y mantener lo que debe permanecer. Reforma y evaluación permanentes son procesos interdependientes e interactivos para que la universidad pueda aproximarse a la capacidad de anticipación que se espera de ella.
Este trabajo tiene como objetivo principal presentar en forma de síntesis las misiones comunes que debe tener la universidad para la sociedad del futuro inmediato, independientemente de que se trate de países desarrollados o en desarrollo Estas misiones se redactan en formas de políticas para la acción, como base para el desarrollo de agendas y programas mundiales o regionales, y las políticas universitarias deseables se enmarcan en las realidades y tendencias contemporáneas de la universidad como una reflexión global, sin que se incluya estrictamente la diversidad institucional de la educación superior. Como toda síntesis, el trabajo tiene la limitación intrínseca a su propia extensión y está basado en la revisión selectiva de la bibliografía disponible reciente, en las ideas desarrolladas por la UNESCO y en las reflexiones del propio autor.