Descripción
El autor aborda la dificultad real para vivir la experiencia de la oración. Hay varios factores que explican por qué se experimenta esta dificultad, menciona entre otros: una sociedad secularizada y técnica, la noción de Dios que se pueda tener y las limitaciones humanas. El autor dice lo siguiente: “La oración forma parte esencial de nuestra vida cristiana, pero en nuestra vida cotidiana nos cuesta orar. A veces es por falta de tiempo o bien por poca motivación real y el no poder orar nos desanima. En la práctica vivimos nuestra oración como una asignatura pendiente. Vamos a intentar afrontar en estas páginas este problema. En primer lugar veremos de dónde pueden nacer las dificultades, a continuación describiremos aquellas actitudes que hacen posible la vida de oración y finalmente presentaremos algunas formas prácticas para poder orar en la vida ordinaria. Y todo ello desde el realismo de que vivimos en un mundo acelerado, ruidoso y secular”.