El autor hace una reflexión en la que rescata el carácter y la fuerza espiritual de Jesús en la historia, hace una interpretación de los 4 evangelios desde el Jesús histórico y no tanto desde el Jesús teológico. También propone los 4 evangelios como memoria, credo y canon para una reforma de la Iglesia. El autor reflexiona también sobre la crisis de la llamada “civilización cristiana occidental” y la necesidad de construir desde el Tercer Mundo una sociedad alternativa fundada en la fuerza espiritual del Jesús de la historia.