La autora hace una reflexión sobre el modo cómo se vive esa relación entre los jesuitas y los laicos. Así mismo, habla del clima y las características que se deben cultivar en esta colaboración recíproca: “Sobre el tema del laico se ha venido hablando en muchas conferencias, talleres, mesas redondas, documentos etc., sin embargo, desde mi punto de vista este concepto se entiende mejor si se vive en la práctica del día a día, es pues en esa relación conjunta de jesuitas y personas que colaboramos en las diferentes obras de la Compañía de Jesús, inclusive personas que no están siendo empleadas directamente en las obras pero que comulgan con la Espiritualidad Ignaciana y que desean vivir un estilo de vida desde dicha espiritualidad”.