En este artículo se trata sobre la irrupción cualitativa del ser femenino que asombra la pretensión absolutista de la cultura androcéntrica. Se quiere destacar: a) la experiencia maternal en los ejercicios espirituales; b) el rol del acompañamiento de la mujer que muestra las entrañas de misericordia de Dios; c) la mujer acompañante como mediadora de las “consolaciones” en el discernimiento espiritual.