De manera provocativa el autor intenta abrir el pensamiento hacia nuevas posibilidades. El destaca que ha cambiado nuestra relación con el objeto de la teología, también ha cambiado nuestra conciencia de esta relación por lo tanto es preciso reelaborar la teología en el seno de un nuevo paradigma. El autor plantea en el desarrollo de su artículo lo siguiente: “La remodelación que hay que hacer afecta tanto a las cuestiones formales y de método como a las de vivencia y contenido".