Estas líneas pretenden esbozar unas reflexiones sobre la situación que afecta de modo particular a la generación de religiosas y religiosos que ingresaron en los noviciados desde la mitad de los años setenta hasta mediados de los ochenta y, desde esta perspectiva, a las mismas congregaciones religiosas.
Primero caracterizaré brevemente esta generación con unas someras pinceladas. Seguidamente abordaré algunas cuestiones candentes que nos afectan como generación y como congregaciones religiosas y que son determinantes para la marcha y el futuro de la Vida Religiosa (VR). En concreto, me referiré a tres ámbitos: oración, trabajo y vida en comunidad.