Descripción
En el himno al Espíritu Santo le pedimos: accende lumen sensibus, es decir, que ilumine nuestros sentidos, nuestra mente, nuestra inteligencia. Necesitamos luz para muchas cosas. ¿Cómo vernos a nosotros mismos, tal cual somos, sin escamotear nuestra verdad? ¿Cómo no caer en ' lo que denuncia Isaías: "¡Ay de los que llaman día a la noche!"? En positivo, ¿cómo ver a Jesús en los pobres y pequeños? ¿Cómo ver a Dios en la miseria de este mundo? Y así pudiéramos seguir. Nos hace falta luz para ser cristianos y para ser humanos. Aquí vamos a reflexionar sobre dos cosas. Una es que el Espíritu de Dios nos dé luz para captar la verdad siempre nueva y siempre mayor y no anclarnos en la historia como si Dios nada nuevo dijera e hiciera a través de ella. Otra es que el Espíritu de Dios nos dé luz para desenmascarar la mentira del mundo.