Descripción
Cuando en 1965 Jean Laplace, desde su rica experiencia, escribió un extraordinario libro sobre el acompañamiento espiritual, empezó casi pidiendo disculpas por la clara constatación de que, entre los sacerdotes, había muy poco interés por este tema. Sólo dos décadas después Barry y Connolly, en el prólogo a un libro sobre el mismo tema, afirmaron: "Este libro ha sido escrito en un momento de entusiasmo por la espiritualidad y el acompañamiento espiritual", con lo que resaltaban la gran diferencia en esta materia con respecto a la década de los sesenta. Este notable cambio de interés no hay que atribuirlo sólo a la diferencia entre Francia y USA, sino más bien a una evolución general, realizada en las últimas décadas, eso sí, en círculos reducidos. El servicio del acompañamiento espiritual, según todos los indicios, habrá de ganar en importancia en el futuro.
Hoy es más claro aún que en los tiempos de Jean Laplace que este servicio de ninguna manera está reservado a los sacerdotes, como ya habían mostrado los siglos pasados, cuando una y otra vez, laicos, tanto mujeres como hombres, habían dado pruebas de ser extraordinarios acompañantes espirituales. Es claro que los laicos, dentro y fuera de la vida religiosa, tienen en este campo un importante papel y lo tendrán todavía mucho mayor. Y llama la atención que especialmente las mujeres asumen cada día más este servicio. Lo que debe alegrarnos, porque tienen una mayor capacidad de sensibilidad y de globalización y porque, así, crece el influjo femenino en los ministerios de la Iglesia, cosa, hasta ahora, demasiado poco promovida. Parece que los anglosajones se han adelantado un poco en esto al mundo de lengua alemana.
En una conferencia en la Universidad de Viena, el 17 de marzo de 1987, el cardenal Franz Kónig abogó por que el término "ministerio" no se limitase al ministerio de los sacerdotes y de los obispos, sino que se hablase de múltiples "ministerios" eclesiales. "Esta apertura del concepto de ‘podría’ descargar de modo definitivo la discusión sobre ministerio y mujer. Incluso esta extensión de la terminología en uso impediría que el ministerio se alejase de su carácter de servicio”. Los ejemplos de ministerios, que él aduce, podrían muy bien completarse con el del acompañamiento espiritual.