Descripción
En estas líneas quisiera expresar lo que siento como cristiano y como sacerdote acerca de lo que ha de ir siendo nuestra Iglesia Católica en los tiempos que vienen. Es una reflexión teniendo en cuenta muchas experiencias personales, lecturas y reflexiones de otros. No es un intento acabado. Más bien es punto de partida para conversar y reflexionar más a fondo. Sí me asiste la convicción de que estamos en un momento muy similar al que vivió nuestro Señor Jesús de Nazaret, así que intento ayudarme de la luz de su entrega en medio de su tiempo.
La Iglesia está desafiada por un mundo que ha ido alcanzando niveles extremos de autonomía. La llamada modernización nos presenta este mundo como basado en sí mismo, e incluso osa afirmar que no requiere de principio ninguno, a diferencia de las justificaciones racionalistas de la primera modernidad.
Este mundo, así autónomo, ha generalizado para todos los ámbitos de la vida la experiencia de la crisis, no porque las realidades carezcan de consistencia propia sino porque la arbitrariedad implantada como principio las va desnaturalizando, recomponiendo y diseminando. Cinco crisis son en ese sentido las más importantes: la crisis económica, la crisis ecológica, la crisis de la subjetividad, la crisis cultural y la crisis religiosa. Cinco crisis que nos desafían como Iglesia porque tocan directamente a los seres humanos a quienes nos dirigimos