Descripción
Habría que decir, desde el principio, que la aportación de lo que llamamos religión en general está, sin duda, muy anclada en la tradición cristiana, pero sospechamos que toda religión participa de una serie de valores cuya existencia sostiene e impulsa con su presencia. Vamos a tratar de señalar los más notorios y principales. Indicamos así funciones principales de la religión que desatan o provocan ristras de visiones, comportamientos y valores. No podemos prescindir de este modo de proceder de la educación religiosa en valores. El educador será consciente que transmite "muchas cosas" cuando enseña religión: educa a un modo de ver la realidad y la vida, a un modo de vivir y comportarse desde una religión.
Nos proporciona así el sentido de la vinculación con otras generaciones precedentes y posteriores. Estamos situados en una corriente. Nos sentimos deudores de otros y seguidores y proseguidores de su visión de la realidad, modo de concebir la vida humana, social, etc. La religión es religación no sólo con una trascendencia, sino con una comunidad de seres humanos que tienen una historia y un legado.
Se advierte que aquí ya late un "paquete de valores": sentido de ser agraciado o receptor de una herencia, en continuidad con otros, sentimiento de no estar solo, sino vinculado, integrado, en un colectivo (pueblo, iglesia, comunidad) con un sentido e incluso con un determinado estilo de vida. Sentido comunitario y de pertenencia a un colectivo, del bien común, integración, capacidad de sacrificio por el colectivo, respeto a la tradición, a los mayores, son valores anudados a la tradición.