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En la Biblia los números poseen un valor simbólico. El siete es un número completo, el seis, en cambio, invita a seguir, invita a completar, es un número abierto. Por eso mismo, nuestro tema tiene la forma de seis verbos o, mejor dicho, de seis propuestas positivas para caminar hacia nuevas formas de relación.
Uno de los problemas que existen en la relación hombre/mujer, tanto dentro como fuera de la Iglesia, nace de la diferente manera de ver la realidad. Muchos hombres, sin ser culpables, no entienden las quejas de las mujeres, no comprenden el reclamo de un nuevo modo de relación. Los pasos que hemos dado les parecen suficientes: hay mujeres bombero, militares, paracaidistas, médicos. ¿Qué más quieren? Hasta tienen un lugar dentro de la Iglesia: dirigen la catequesis, dan clases, etc. Muchas veces a las mujeres se nos hace difícil explicar cómo sentimos las cosas.
Por eso, este prestarnos los ojos va en un único sentido: de las mujeres a los hombres, tratando de decir simplemente, cómo percibimos la situación. Estas son algunas de las situaciones que en este préstamo es válido.
Las mayúsculas de exaltación. Algo muy frecuente en la Iglesia es que cuando no se sabe qué hacer con eres sublime... pero quédate en casa. Es decir que las grandes palabras que enaltecen, encierran el peligro de un oculto intento de segregación. Por ejemplo, cuando se nos habla de nuestra "peculiar dignidad ", "cometido propio ", "misión específica". Es un problema muchísimo más serio de lo que creemos.
Cuando salió la carta del Papa, Mulieres Dignitatem una revista española dijo en su portada: "la mujer tiene plaza en la Iglesia”. Estuve a punto de escribir al director para agradecer que la carta del Papa me había dado esa plaza cuando, en mi ignorancia, yo creía que eso me lo había dado el bautismo. Es decir, todo aquello que sitúa a las mujeres como especiales y distintas, en el fondo desarrolla algo que es insano. Todo lo que es especial para nosotras, todo ese lenguaje de exaltación, exige que mujeres y hombres paren las antenas y se den cuenta de las trampas que se ocultan.
