Descripción
(Basado en la XIII Lección Inaugural dictada en el Regis College de Toronto el 16 de Noviembre de 1995).
Así como cada Adviento es un llamado a arrepentimos y a preparar el camino al Señor, en el Adviento de 1996 comienza la preparación de tres años para el Solemne Jubileo celebrando el nacimiento de Jesucristo hace dos milenios.
Mientras se acerca el año 2000, recordemos cómo fue que Jesús miró el "jubileo". Al volver un día a la sinagoga de su pueblo natal, se puso de pie para leer. Tomando el libro del profeta Isaías, eligió dos versículos en los que el Mesías, hablando en primera persona, anuncia la liberación para su pueblo:
"El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido para que dé la buena noticia a los pobres; me ha enviado a anunciar la libertad a los cautivos y la vista a los ciegos, para poner en libertad a los oprimidos, para proclamar el año de gracia del Señor”.
El "Año de Gracia" es el jubileo del Antiguo Testamento. Está basado en el principio de que el verdadero propietario de la tierra y por lo tanto de todos los bienes es Dios. Cada séptimo año, la tierra debía ser barbechada y las deudas entre hebreos quedar canceladas. Después de seis años de servidumbre, cualquier esclavo hebreo quedaba libre. Al cumplirse 50 años (después de 7 veces 7), cada familia recobraba la tierra y posesiones que hubiera perdido en las décadas anteriores. Es decir, el sabath y la legislación sobre el jubileo (Lev 25, 8-55) instituían una genuina revolución social que se repetía en un ciclo regular.