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dc.creatorPatxi Ayerra, Mari
dc.date1996-09
dc.date.accessioned2023-03-22T18:06:44Z
dc.date.available2023-03-22T18:06:44Z
dc.identifierhttp://repositorio.uca.edu.ni/4061/1/El%20dif%C3%ADcil%20arte%20de%20hacer%20familia.pdf
dc.identifierPatxi Ayerra, Mari (1996) El difícil arte de hacer familia. Diakonia (79). pp. 49-62.
dc.identifier.urihttps://hdl.handle.net/20.500.12032/78478
dc.description¡Bien dicho!, porque es difícil, porque es un arte y porque hay que hacerla poquito a poco, y nunca termina uno de saber si lo que ha creado es una familia o una mala imitación. Yo llevo más de la mitad de mi vida intentando crear familia con la que soñé durante años, y en la que he gastado mis mejores esfuerzos, ilusiones, luchas y lágrimas. Aun así, ha habido cantidad de momentos en que he pensado que había equivocado mi estado civil. Y es que una familia es algo así como una planta exótica a la que con gran ilusión se cuida, se mima, se riega, se fumiga, se cambia de lugar, se abona...; al principio crece, pero de muchísima guerra; otras veces se vuelve laica y parece que se va a morir; otras padece de plagas, heridas y pulgones; otras, se asemeja a una planta carnívora que todo lo devora; otras, se pone bien lozana y hermosa...Quien la cuida, una veces piensa que se le ha ido la mano en el agua; otras, que se pasó de abono, que debería haberla expuesto más al sol, o menos a las corrientes, o más a la sombra, o quizás al calorcillo...y nunca acierta con la temperatura ni con los cuidados adecuados. A veces sucede, sobre todo pasados los años, que esa planta frágil da de pronto unas flores fantásticas, exóticas... y te compensa de todos los desvelos, cuidados y preocupaciones que te ha ocasionado. Yo estoy disfrutando en estos momentos de esa floración; lo que no sé es cuánto tiempo duran estas flores ni qué cuidados necesitan; y, además, sé muy bien que hay que cortarlas, para que crezcan en otro tiesto... Para no resultar tan “metafórica, voy a contar mi vivencia de familia, ya que no puedo hablar de otra cosa que no sea la vida. Y que sean los expertos quienes digan cómo debe o no debe ser la vida familiar. A mí me gusta pensar que la familia es el lugar donde se nutren los afectos, del mismo modo que nutren los estómagos, se cuida la ropa y se mantiene limpia la casa; y el hecho de haber conocido a familias en las que escaseaban las muestras de cariño y las manifestaciones de afecto me ha servido de lección permanente para cuidar con esmero lo que a mí me parecía el valor preferente. Y es que es verdaderamente importante saber que somos esperados en casa, y que al llegar se nos pregunte cómo nos ha ido el día, y poder contar a los nuestros lo que nos ha ocurrido...Todo ello proporciona la sensación de ser importante para alguien, de que hay una complicidad, de que existe interés de unos por otros.
dc.formattext
dc.languagees
dc.publisherCentro Ignaciano de Centroamérica
dc.relationhttp://repositorio.uca.edu.ni/4061/
dc.rightscc_by_nc_nd
dc.subject249 Observancias cristianas en la vida familiar
dc.titleEl difícil arte de hacer familia
dc.typeArticle
dc.typePeerReviewed


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