Descrição
¿Es el exceso de población la causa de la pobreza en el mundo? El informe del Estado de la Población para 1988, publicado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas decía así: «Las causas decisivas de la creciente carga y destrucción de los recursos naturales son el rápido crecimiento de la población y el aumento acelerado de la demanda de alimentos y energía y materias primas en el Tercer Mundo». Y a continuación viene el remedio a la enfermedad: «O se aplica un control demográfico en los países más pobres, o de aquí al 2050 se habrá duplicado la población del planeta y no habrá alimentos para todos».
Reverdece de la mano de ilustres ecólogos y parte del movimiento ecologista el viejo discurso maltusiano, según el cual si la población crece en progresión geométrica, llegará un momento en que la escasez de alimentos desatará todo tipo de violencias en la lucha por la vida, que llevará a la extinción de la especie humana.
Ecologistas reputados y conocidos como Garret Hardin hacen alarde del más burdo reduccionismo biológico al aplicar mecánicamente a la población humana las leyes que regulan el equilibrio entre poblaciones animales y vegetales. Según el mecanismo presa- depredador, si la población de lobos aumenta por falta de cazadores, la población de conejos disminuirá, con lo cual se producirá una mortandad masiva de lobos que conducirá a un nuevo equilibrio.
Si bien este criterio puede ser correcto para explicar la regulación de la población de los demás seres vivos, se intenta olvidar que las poblaciones humanas han elaborado a los largo de los siglos formas de control demográfico, basadas en la sustitución de mecanismos biológicos por pautas culturales, como pueden ser la tabúes sexuales, la abstinencia sexual e, incluso, prácticas abortivas y anticonceptivas que les ha permitido vivir en equilibrio con el medio y sus recursos disponibles.
Es este tipo de razonamientos el que ha llevado a Garret Hardin, conocido ecologista, a decir barbaridades de este tipo: «Las donaciones de alimentos a un país superpoblado tienen un efecto bumerang aumentando el hambre a largo plazo. Sólo una cosa puede realmente ayudar a un país pobre el control demográfico». O al decir de ilustres ecólogos como Ehrlich, que la causa de la crisis ambiental son los demasiados carros, las demasiadas fábricas, los demasiados plaguicidas y, en resumen, demasiada gente.