Descripción
Próxima a los pueblos y grupos sociales, sintiendo las amenazas a sus proyectos de vida en carne propia, la Iglesia se siente llamada a la solidaridad, lo cual está en la lógica de la encarnación del Verbo, y, contraponiéndose a los «poderes de muerte», se compromete en la transformación de «las estructuras de pecado» que atraviesan la realidad humana. El descolocamiento socio-cultural (el del «buen samaritano», el del profeta audaz, el del «buen pastor»), inicio de un largo proceso de inserción y de inculturación, es también, como consecuencia del seguimiento de Jesús, el inicio de una nueva experiencia de Dios en la comunidad eclesial.
El seguimiento de Jesús que es sobre todo seguimiento del Crucificado en los pobres, en los excluidos y en todos aquellos cuya identidad está siendo destruida, es un imperativo del Evangelio y de la tradición de la Iglesia, la cual realiza este seguimiento a través de la inculturación del Evangelio.
¿Qué significa, en este contexto, Evangelio? En el contexto en que surgió la temática «Evangelio en las culturas», Evangelio significa testimonio, presencia, kerigma, liturgia, diaconía, organización eclesial, proyecto de vida... ¿Cuál es la relevancia de las culturas para este «conjunto evangélico» y cuál es la posibilidad de inculturación del Evangelio?