En torno al tema del narcotráfico el autor pone al descubierto las contradicciones del sistema y la doble moral con que se actúa en el campo internacional.
Hace 500 años, Erasmo escribió un librito titulado "Elogio de la insensatez”. Al comenzarlo, el lector pensaba que su autor debía estar chiflado por escribir aquello. Al acabarlo quizá pensaba que no estaba seguro de ser el razonable. Es lo único que aquí he pretendido decir. Razones éticas no cabe aducir demasiadas en este asunto, porque ya sabemos que cada cual tiene su ética y su conciencia; y no estamos muy seguros de que haya “una” ética civil, ni podemos imponer a otros nuestras convicciones. Lo que sí parece claro es que ninguna ética se sostiene si no es al menos mínimamente coherente; y que la coherencia intrínseca es presupuesto de cualquier ética. Pues bien: nuestra incoherencia más profunda y más sospechosa consiste en esgrimir razones morales cuando se trata “de los otros”, y razones de racionalidad económica cuando se trata “de nosotros”. Razones éticas cuando se trata de los pobres, y de racionalidad económica cuando se trata de los ricos. ¡Cuántas veces oímos decir que los empresarios necesitan el acelerador del “estímulo" y los obreros el freno de “la moderación", para que el sistema funcione!
Pero a lo mejor resulta que esa doble medida es la que más decisivamente nos pone en evidencia. Incluso aunque seamos incapaces de percibirla por aquello de ver la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el propio...