Descripción
Muchas «cartas pastorales» no son cartas, ni tampoco pastorales. Mons. Casaldáliga nos ha acostumbrado a verdaderas cartas, realmente pastorales, que desbordan ampliamente su diócesis. En esta hora crítica nos da un mensaje de esperanza y dice a manera de introducción:
Entrados ya en 1995, amigos, amigas, hermanas, hermanos, otra vez nos comunicamos, por circular. En ese círculo de comunión y comunicación vivimos; hablando en cristiano, comunión de los santos somos. A todos y todas, un abrazo muy fraterno, ¡y aquella Paz!
Yo también siento la hora como pesada y también a uno le parece, a veces, que habría hasta derecho a sentirse cansado. La decepción ha crecido, como una marea alta, y estamos ante la tentación de un abstencionismo político, social, histórico y, quizás, eclesiástico...