Descrição
El autor trata de descubrir el punto clave del discernimiento desde una perspectiva filosófica: no somos ya sociedades diversas bajo un sistema mundial, sino que una sola sociedad.
A la hora de conceptuar la sociedad mundial es muy Importante dejar sentado en qué consiste el vínculo social. Para establecer un vínculo social no se requiere que haya un conjunto de símbolos o un mismo universo de sentido compartido por un determinado número de individuos sino que basta con que las acciones humanas estén moduladas por la afectación (actualidad) y presencia física de los demás en ellas. Los demás nos dan su impronta, se insertan y se meten en nuestras vidas, están en ella, siempre antes de que nos demos cuenta. Esta modulación estructura la acción humana conformando un sistema de hábitos sociales o formas de vida. Un sistema social no necesita que las formas de vida que lo Integran sean iguales o semejantes entre sí. En realidad, bien puede suceder que determinados sistemas sociales se constituyan por una heterogeneidad radical en las formas de vida y, por tanto, en los sentidos que éstas portan. Pensemos por ejemplo en una sociedad caracterizada por una radical desigualdad. Obviamente las formas de vida de dos personas situadas en los extremos de la misma son radicalmente heterogéneos entre sí. También lo serán, por tanto, los sentidos que cada una de ellas da a sus acciones. Pero esto no significa que ambos modos de habérselas con las cosas no estén constitutivamente referidos el uno al otro. La unidad social no es unidad de semejanza, sino de sistema.
De ese modo, las formas de vida de los que carecen de determinadas cosas están sistemáticamente referidas a las formas de vida de los que se han apoderado de ellas, independientemente del sentido que cada uno dé a su carencia o a su apoderamiento. La ausencia de una conciencia de la carencia o del apoderamiento no es óbice para que los modos reales de habérselas con las cosas no estén determinados por dicha carencia o dicho apoderamiento. Un sistema de formas de vida rebasa cualquier unidad de semejanza en virtud del sentido o de la conciencia. Y por eso la idea de un sistema de formas de vida sirve para pensar los vínculos sociales mundiales.