Descripción
Si preguntamos por alternativas para la -actual- economía de mercado, no podemos preguntar simplemente por alternativas al mercado como tal. Cualquier alternativa para la economía actual de mercado tiene que moverse dentro del marco de un sistema de mercados.
No se puede sustituir al mercado como tal por ninguna otra cosa. Igualmente, si preguntamos por alternativas para la economía planificada de los países del socialismo histórico, no deberíamos caer en la tentación de abolir la planificación económica como tal. Los intentos de tales soluciones totales por la abolición del problema mismo, solamente reproducen la crisis cuya solución se busca. El presidente Reagan decía en su campaña electoral de 1980: No tenemos problemas con el Estado; el Estado es el problema. No deberíamos contestar: No tenemos problemas con la economía de mercado; el mercado es el problema. Contestaríamos con una simple inversión, y esta respuesta reproduce el problema cuya solución se pretende. Las sociedades socialistas históricas hicieron precisamente eso, y por ello entraron en crisis.
Si hoy preguntamos por alternativas, entonces preguntamos por alternativas dentro de una economía de mercado, que cada vez más ha transformado al mercado en la única instancia totalizante de todas las decisiones sociales. Las alternativas aparecen dentro de los mercados para oponerse a la lógica del mercado, que es la lógica del mercado total.
Si actualmente reaparece esta totalización, eso está seguramente vinculado con la actual globalización mundial del mercado. Para las empresas multinacionales que propagan esta globalización, toda acción contestaría, y especialmente la acción que se apoya en el Estado, aparece ser un obstáculo para la expansión del mercado. Parece ser una distorsión del mercado, que le quita su eficiencia. Este es el motor de la tendencia hacia el mercado total. El mismo Estado tiende a transformarse en un Estado total, en cuanto tiene que imponer un mercado total.
Se trata de la economía del mercado total, que desde hace unos veinte años es ofrecida como alternativa para el Estado social burgués intervencionista de las décadas de los cincuenta y los sesenta, y para los Estados o movimientos socialistas.
En la actualidad se ha impuesto en muchos países del Tercer Mundo y en EEUU, y crecientemente es empujado en Europa Occidental La misma expresión mercado total fue acuñada por Henri Lepage, uno de los representantes más destacados del neoliberalismo en Francia.
En nombre de este mercado total se sostiene que no existe ninguna alternativa. El mercado total es presentado como la alternativa para el Estado social intervencionista, sin embargo afirma a la vez ser la única alternativa, para la cual no existe ninguna otra. El pretende ser el "fin de la historia", la solución total de la historia; la sociedad que no conoce sino cambios cuantitativos, pero que ya no tiene historia. Sabemos lo que esto significa. Así hablan aquellos que han ganado una victoria absoluta, y que esto presenta su propio poder absoluto como el interés de todos los hombres.
En un sentido técnico, sabemos muy bien dónde habría que buscar las alternativas. Un Nuevo Orden Mundial de los mercados, un Nuevo Orden Mundial de las finanzas, aunque también un Nuevo Orden Mundial del ambiente, son necesidades obvias. No obstante, en cuanto se niega la legitimidad de cualquier alternativa en nombre de una totalización agresiva del mercado, tiene poco sentido hablar técnicamente de alternativas. Una alternativa es factible únicamente si uno la busca. En cuanto nuestra sociedad niega la legitimidad de cualesquiera alternativas, y usa todo su poder para hacerlas imposibles, las alternativas son realmente imposibles, por más que sean factibles en un sentido técnico. Pero no son imposibles como tales, sino que se las hace imposibles. Lo que resulta, es una sociedad que destruye violentamente todo esfuerzo por realizar soluciones alternativas.