La Vida Religiosa (VR) ha sido considerada siempre «signo escatológico» (SE). Unas veces lo fue por el paradigma de la fuga mundi, otras, por el de la «vita angélica»; modernamente por el de «parábola del Reino». En ocasiones se ha creído encontrar ahí lo más nuclear de su identidad.
Tanto en la escatología cuanto en cristología como con la «opción por los pobres», se han producido grandes transformaciones en el pensamiento cristiano. El presente ensayo se propone reinterpretar a su luz ese carácter de SE de la VR.
En la primera parte presentamos los cambios. En la segunda reinterpretamos el SE y la VR en cuanto tal. En la tercera hacemos algunas sugerencias para su aplicación a la actual coyuntura histórica.