Descripción
La edad de la Evangelización va por los 1993 años. Casi veinte siglos cumplidos. Para nuestra América son 500 años.
La semilla del Evangelio es sembrada en nuestra América Morena con el machete del amo y en tierra injustamente expropiada. Corona y Mitra. Espada y Cruz...
Hoy recae sobre nuestros hombros una responsabilidad histórica, que de ninguna manera podemos eludir y en vista al futuro, la celebración del milenio, una misión que no podemos transferir: potenciar, consolidar una evangelización apoyada en la CRUZ. Tenemos que renunciar a las ventajas que nos amarran a la Corona y a la Espada, que nos separan de la Cruz y del pueblo empobrecido. "La brecha..." se hace cada vez más grande.
No cerremos los ojos. No olvidemos el pasado; pero fijemos nuestra mirada en el futuro para que demos una respuesta auténtica en el presente. Si caminamos viendo para atrás podemos chocar y caer fácilmente o tenemos que dejarnos llevar de manos por la Corona y la Espada. Estos no nos llevarán a beneficiar a quienes queremos, empañan e impiden la realización de nuestra misión tal como Jesús la cumplió.
Hoy en día parece que lo "evangélico" y lo "eclesiástico" andan buscando alianzas distintas. Lo Evangélico busca, después de 500 años, un nuevo mundo para instalarse. Volver a donde nació hace 1993 años. Lo Eclesiástico quiere continuar aliado con quienes llegó a América hace 500 años.
Hay muchos datos que nos indican que lo "evangélico" quiere ir hacia..., volver a su propia base, su mundo propio, mundo de origen: el mundo de los pobres. Queremos Evangelizar con nuestros propios recursos: la Cruz, la Solidaridad, la Enseñanza: Anuncio y Denuncias, la Celebración, Estos son los recursos que Jesús nos dejó. Más que recursos, el MÉTODO evangelizador. Así llegará a todos, para transformar desde dentro lo de afuera, para transformar personas y estructuras.