Descrição
El libro en el que termina el Canon del N.T. es el Apocalipsis. Es un escrito en el que aparecen tres géneros literarios: profético, apocalíptico y litúrgico.
Profético, en sentido bíblico: no el que anuncia el futuro, sino el que interpreta el presente desde su experiencia teologal cristiana y toma una postura definida ante las realidades que se están viviendo, a través del discernimiento.
Apocalíptico, por el uso desbordante de símbolos que le son propios: convulsiones cósmicas, animales como protagonistas, los números, los colores.
Litúrgico, para ser leído e interpretado en las asambleas de los fieles, en las celebraciones eclesiales.
El contexto vital que resalta es la situación eclesial de persecución, de temores, de interrogantes, de tentaciones. El autor del libro quiere dar respuestas cristianas, desde el Señor-Dios, a las varias comunidades. Quiere invitar a esos cristianos, con criterios trascendentes, a tomar conciencia de la situación que viven y en dónde poner el sentido verdadero de sus vidas, de sus intereses, de sus opciones y decisiones. Propone criterios, para saber discernir qué es de Dios y qué no es de Dios; qué posturas tomar y cuáles no tomar.
El Apocalipsis es un libro difícil, atrayente, seductor, retante. Se pueden hacer muchos tipos de re-lectura. Dos parecen ser las centrales: negativa o positiva. Una relectura negativa es la que provoca pesimismo, psicosis, temores. Lo que se vive es un caos, y estas situaciones no tienen salida. Todo está perdido. El mal vence al bien. La re-lectura positiva no niega ni el mal ni sus consecuencias. Lo que hace es darle su nombre exacto. Reconoce la tensión bien-mal, esperanza-pesimismo, confianza-psicosis, valentía-temores.
El autor no es ingenuo; no quiere ni evadirse ni que se evadan sus lectores de la realidad. Quiere dar su interpretación -profética, como decíamos-, a la luz de la fe-esperanza-amor, cuyo centro es el Señor-Dios y su Hijo Jesucristo -descritos con gran variedad de símbolos y atributos-. Invita a des-centrarse para centrarse en el Señor, y desde El poder interpretar lo que está aconteciendo. Su vocabulario, repitámoslo, es simbólico-apocalíptico. Detrás de su desbordante imaginación, hay una estructura férrea, la cual debemos descubrir a cada paso.