Descripción
“Sobrevivir no es vivir, escribían en las paredes los estudiantes de París en 1968. En la crisis que estamos viviendo, nosotros deberíamos decir también que no nos basta sobrevivir. Se puede pasar la crisis de cualquier manera. Queremos pasarla humanamente y evangélicamente. Esto nos exige remontamos con nuestra conciencia por encima de los fenómenos a través de los cuales la crisis se manifiesta, intentar percibir los problemas de fondo, explicarla desde sus causas, dar razón de ella y procurar hallarle un sentido, una dirección.
Para esto, es esencial resistir en nuestro nivel de comportamiento cristiano y consolidamos en él. Una alta calidad evangélica de conducta y de sentimientos se nos exige hoy más que nunca. Tener voluntad de resistencia en una vida afincada en los valores del Evangelio, es mucho más que sobrevivir.
La crisis y el conflicto pueden traer al suelo muchas cosas; pero no debemos privamos de nuestro interés y gusto por el Evangelio, aunque en esto radique quizá nuestro mayor peligro. Por el desgaste de las ilusiones, llegar a pensar o sentir que nuestro mensaje ha perdido la fuerza de transformación que le es propia, equivaldría a perderlo todo. Si por el malestar que nos hace sufrir la crisis, ya no echamos una mirada leal al Evangelio para confrontar a su luz nuestra oscura realidad, o ya no nos dejamos apasionar por la pasión con que Dios ama al hombre en Jesús y si, por el contrario, dejamos que la amargura o el odio se nos filtren en el corazón o nos envuelva el escepticismo, entonces, y sólo entonces, ya todo estará perdido.
Hoy todo parece perder encanto. Que el Evangelio no deje de causar en nosotros el entusiasmo por ese estilo de vida que Jesús encamó en su propia existencia y nos dejó como el camino, la verdad y la vida que vence a toda crisis y conflicto.
Este es el “sentido” del presente trabajo. Intenta hacer ver que la crisis y los conflictos no sólo forman parte de la existencia humana y cristiana, sino que pueden ser vividos de un modo cristiano, hallándoles un sentido, una dirección a la cual apoyar para que el resultado de la crisis sea el de un acrecentamiento de la propia identidad personal y social.