Los indígenas precolombinos, los habitantes de Abya Yala, ¿eran idólatras? ¿Tenía algún sentido, algún valor su religión, su oración, su «fe»? ¿Se «salvaban», o los tenemos que dar por «condenados»?
El tema hoy está claro en lo fundamental, teológicamente hablando. Pero esta claridad se queda con frecuencia encerrada en los centros teológicos, en los institutos misioneros y en unos pocos cristianos más promovidos. La mayor parte del pueblo cristiano, a quien no ha llegado todavía la renovación teológica conciliar, sigue teniendo en su subconsciente el temor no confesado de que aquellos paganos que adoraban el sol, a Tamagastad, o a Quetzalcóalt eran idólatras y están muy lejos de la Salvación de Dios.
Es un tema del que no solemos hablar, un tema que no suele entrar formalmente en los programas de catequesis o de predicación, pero que realmente está presente, aunque sea de un modo subconsciente.
Es también un tema muy oportuno para reflexionar, debatir y predicar en este tiempo marcado por el signo de los 500 años. Y sobre todo, es un tema urgente de predicación obligatoria, porque es una «Buena Noticia». Si estamos en tiempo de «nueva evangelización», y para que sea efectivamente «nueva», distinta de aquella vieja evangelización que se hizo hace cinco siglos, hay que proclamar incansablemente esta «Buena Noticia de la Salvación de los paganos».
Este texto no se dirige a teólogos sino a agentes de pastoral. Por eso trata de expresarse en un lenguaje sencillo y de evitar las especulaciones abstractas.