Descrição
Todo parece indicar que la situación del mundo moderno en relación con la religión es notablemente compleja. Existe ciertamente un abandono masivo de las prácticas religiosas, un alejamiento de las instituciones eclesiásticas y un crecimiento indudable de la indiferencia y la increencia. Pero también existen brotes de religiosidad, al margen de las religiones establecidas y las Iglesias, y movimientos de reforma en el interior de estas últimas. Entre los cristianos, la situación es vivida, sobre todo, en términos de pesar por el progresivo alejamiento de los hombres en relación con las iglesias. La respuesta más frecuente a esta situación es la llamada cada vez más insistente a la movilización para el anuncio del evangelio. Pero hay que reconocer que los resultados de tales llamamientos son escasos y que la toma de conciencia de este hecho está suponiendo para no pocos creyentes una constatación de fracaso y una tentación de desánimo. ¿Qué está sucediendo para que nos resulte casi imposible poner a la Iglesia en estado de evangelización?
Mis reflexiones querrían contribuir a responder a esta pregunta y a salir al paso de esa conciencia de fracaso y de esa tentación de desánimo, Pero antes es necesario describir la situación y referirse a la historia que ha conducido a ella.