"No son los templos sino las personas lo que preocupa a la Iglesia"
El día del terremoto Mons. Rivera y Mons. Rosa estaban en Panamá para dirigirse a Argentina. Al enterarse de la noticia cancelaron inmediatamente todos sus compromisos y regresaron al país para dedicarse exclusivamente a los damnificados. Estos son ahora la primera prioridad de la Iglesia. En las nuevas oficinas, debajo de los árboles, alguien comentaba que "Monseñor está en todo y Goyo está totalmente entregado a esto". En forma clara lo dijo Mons. Rivera al responder a un periodista: "No son los templos, sino las personas lo que preocupa a la Iglesia". Otros obispos salvadoreños han mostrado su disposición a ayudar y Mons. Cabrera ha puesto a disposición del arzobispado a Cáritas nacional, de la que es presidente.
Nada más regresar de Panamá ambos obispos visitaron la sección de emergencia del hospital Rosales y después fueron a visitar algunos barrios populares más afectados. Lo que más le impresionó, nos decía Mons. Rivera, era el silencio de aquella noche. La gente a la intemperie sólo pedía la bendición del obispo y una oración. Mons. Rivera les consoló e impartió una absolución general. También desde el primer momento en que aparecieron en televisión a altas horas de la noche Mons. Rivera y Mons. Rosa recordaron las dos tragedias que sufre el país, la guerra y el terremoto, y pidieron que una no haga olvidar a la otra, sino que se busque una común solución a ambas.
La misa dominical no se tuvo en catedral sino en la plaza que está delante de ella. El edificio de catedral no ha quedado dañado seriamente, pero se tuvo la misa fuera para cumplir con la disposición de no entrar en 72 horas a edificios altos y para solidarizarse simbólicamente con todos los damnificados, "para sentirnos partícipes de todos aquellos que hoy duermen bajo los árboles y fuera de sus casas".