Descripción
Abordar el papel de la Iglesia en la historia, especificar su significación comunitaria y su conexión utópica, elaborar una teología sobre sus posibles disfuncionalidades, esto son los objetivos que me propongo en este artículo. Evidentemente, se trata de una temática ambiciosa y, además, bastante susceptible de polémica y de controversia. En realidad, la pretensión de exponer el papel de la Iglesia en la historia implica esbozar una teoría general del cristianismo: de la intencionalidad del proyecto de Jesús (cristología), de la importancia y significación de la mediación eclesial (eclesiología) y de los papeles sociales representados por el cristianismo en la sociedad a lo largo de la historia (análisis histórico y sociológico).
El proyecto histórico de Jesús:
Jesús aparece en el contexto general de la historia israelita como un personaje integrado en la tradición profética y mesiánica, con la pretensión de ser el último y definitivo enviado de Dios que inaugura la nueva era final con la intervención absoluta de Dios en la historia. Su significación se expresa en su mensaje: la llegada del Reinado de Dios a este mundo. Jesús no viene a preparar al hombre para que éste llegue al cielo, sino que anuncia que el cielo, (el Reinado de Dios) llega a la historia humana. Conecta con la utopía mesiánica anunciada en el Antiguo Testamento, que él ve realizada en conexión con su misma persona y su actividad salvífica. Con Jesús de Nazaret se inicia un movimiento carismático, profético y mesiánico.
Esta utopía del Reinado de Dios la proclama y la vive en clara confrontación con la sociedad, la cultura y los valores patrocinados por la religión de su tiempo. El sermón del monte sintetiza los contrastes y oposiciones (resaltados por Lucas en las Bienaventuranzas) entre la cultura y la sociedad y su predicación. El suyo es un mensaje contracultural, que entra en contradicción con los valores establecidos. El ideal que él presenta es el de una nueva relación entre Dios y los hombres, que lleva consigo una nueva interrelación de los hombres entre sí.
Esta utopía está mediada por la comunidad de discípulos, que surge en torno a él y a su mensaje, y que se presenta como signo anticipado de ese Reinado de Dios. En tanto en cuanto sus discípulos viven esa experiencia, el Reino comienza a ser una realidad incipiente y marginal, pero real en la historia humana. La comunidad media entre la sociedad establecida y la utopía de la alternativa que Jesús ofrece. La comunidad es signo y sujeto, portavoz (con Jesús) del Reino: anticipa y posibilita la utopía en cuanto que la hace realidad, al constituirse una micro sociedad, en la que se transforman las personas y las relaciones entre ellas, y se constituye en alternativa comunitaria a la sociedad israelita del tiempo. El puente entre la utopía jesuana (un hombre nuevo y una sociedad nueva, donde los hombres se relacionan con Dios y entre sí según los valores de su mensaje) y la realidad fáctica es la comunidad. Por eso, el cristianismo es por esencia comunitario: Jesús es inviable sin sus discípulos, y la suerte de su mensaje depende estrechamente de la comunidad de discípulos.