Descripción
Resulta bastante acalorada la discusión en torno a la teología de la liberación. Cuando ocurren cosas como éstas y se producen confusiones, no cabe más remedio que volver a los términos simples de la cuestión inicial ¿De qué se trata en el fondo? ¿Cuál es la cuestión adyacente a la teología de la liberación? La reflexión teológica es el resultado del esfuerzo de comprensión del problema radical. Si no captamos el problema radical menos aún comprenderemos la teología de la liberación elaborada sobre él. De ahí la importancia de establecer lo mínimo de lo mínimo de realidad y reflexión para poder dialogar sobre la teología de la liberación.
Lugar de nacimiento de la teología de la liberación: la mística del pobre.
En el fundamento de la teología de la liberación se encuentra una mística: el encuentro con el Señor en el pobre, que hoy es toda una clase de marginados y explotados de nuestra sociedad caracterizada por un capitalismo dependiente, asociado y excluyente. Una teología, sea la que fuere, que no tenga en su base una experiencia espiritual carece de aliento y es una mera charlatanería religiosa. Se parte de la realidad miserable tal como la describieron los obispos de Puebla, "como el más devastador y humillante flagelo (que es) la situación de inhumana pobreza en que viven millones de latinoamericanos expresada por ejemplo en salarios de hambre, el desempleo y subempleo, desnutrición, mortalidad infantil, falta de vivienda adecuada, problemas de salud, inestabilidad laboral" (n. 29). El que no se dé cuenta de esta realidad escandalosa no puede entender el discurso de la teología de la liberación.
Esta experiencia radical puede elaborarse en dos niveles: uno sensible, tal como se presenta a primera vista a nuestros ojos; otro analítico, como se revela en sus mecanismos estructurales puestos de relieve mediante el análisis científico. Estos dos modos de reelaboración de la misma experiencia originan también dos tipos diversos de teología de la liberación con diferente eficacia cada uno: uno "sacramental" (porque trabaja sobre los "signos" por los que se manifiesta la pobreza) y otro socio-político (porque trabaja sobre las estructuras que subyacen a los "signos").