Descripción
Se me ha pedido decir algo, como fruto de una larga experiencia, sobre la relación entre la Compañía de Jesús y la teología actual. Aun siendo consciente de la subjetividad y de la limitación de mis experiencias, me siento en esto un poco también como representante de los otros teólogos (Jesuitas) que trabajan en el campo de la teología científica. No los puedo enumerar a todos y, si cito un par de nombres, esta selección es también subjetiva y casual.
Pero un H. de Lubac, H. Bouillard, J. Alfaro, A. Grillmeir, St. Lyonnet, P. Schoonenberg (para citar solamente algunos de los que viven) pertenecen a los teólogos que han contribuido a crear la teología de hoy. Creo que todos ellos sienten su trabajo científico de hacer teología como una parte de la misión que la Compañía de Jesús considera propia en servicio a la proclamación de la Iglesia.
Para un teólogo jesuita su trabajo científico no es "el arte por el arte", sino un servicio al anuncio de la revelación de Dios en Jesucristo para la salvación de los hombres. Este objetivo final no significa fundamental una amenaza a la aspiración por la verdad en sí, porque al fin y al cabo solamente ésta puede servir realmente al anuncio del Evangelio. Con ello no se niega que nosotros los teólogos en la Compañía de Jesús estamos continuamente amenazados de dos peligros, de los que no siempre nos libramos: el peligro de una apologética de vuelo corto y el peligro de olvidar, por la pura ciencia, los hombres, su salvación y la misión concreta de la Iglesia.