Descripción
Hoy es de sobra conocido que Jesús de Nazaret no se predicó a sí mismo sino el reino de Dios. Ese dato central de la predicación y actuación de Jesús ha ido cobrando relevancia creciente y decisiva en la fe y práctica de los cristianos y también en la teología.
En este breve artículo no pretendemos exponer de nuevo lo que el reino de Dios significó para Jesús, sino reflexionar sobre la importancia que tiene el reino de Dios predicado por Jesús para la fe y práctica cristiana en la actualidad.
Presuponemos, por lo tanto, como ya conocidos los datos fundamentales: Que Jesús anunció su venida, que en un principio creyó próxima; que nunca define lo que es, sino que habla del reino en forma de parábolas; que su contenido es utópico, como de diversas formas lo anunciaban anteriormente la profecía y la apocalíptica, pero que en esa utopía se espera la renovación del hombre, de las relaciones entre los hombres y de todos ellos con Dios; que esa utopía se anuncia especial o únicamente a los pobres; que Jesús no sólo habló sobre el reino sino que desarrolló una actividad y una práctica al servicio de ese reino, y proclamó exigencias también a sus oyentes; que por el servicio al reino pronto entró en conflicto con los poderosos, lo cual le ocasionó la persecución y la cruz.