Descripción
La nueva encíclica hace del trabajo humano el objeto central de su reflexión, pero el análisis de lo que es históricamente el trabajo humano, sobre todo del siglo XIX para acá, le obliga al Papa a tratarlo en confrontación con el capital. En la actual fase histórica el trabajo solo se entiende desde el capital y el capital sólo se entiende desde el trabajo. Es cierto que la encíclica da en sus primeras líneas una definición muy amplia de lo que ha de entenderse por trabajo: "significa todo tipo de acción realizada por - el hombre independientemente de sus características o circunstancias" (LE, Introducción), pero a medida que avanza en el análisis concreto de lo que es la realidad del trabajo va precisando mucho más eso que podría tomarse como definición demasiado extensiva del trabajo humano. El Papa ve al hombre desde el trabajo y ve el trabajo desde el hombre. Esto hace que por momentos su pensamiento deba tomar - vuelos generalizantes y conceptuales. Pero tampoco se olvida, de mirar a tierra y de ver como de hecho se realiza el trabajo entre los hombres; dicho de otra manera, concreta su mirada en lo que es el trabajo real para la mayoría de los hombres y eso es que lo que considera por antonomasia como trabajo, aunque manteniendo siempre presente ante los ojos al hombre trabajador, que mayoritariamente es el obrero y el campesino e incluso el sin-trabajo, aunque también trabajen los intelectuales, los administrativos, etc.
El presente trabajo profundiza uno de los aspectos más fundamentales de la cuestión social y de la Laborem Exercens.