Descripción
En estos últimos años la teología ha comenzado a preocuparse de la Religiosidad popular, tema que anteriormente había interesado a sociólogos, etnólogos e historiadores de la religión. Seguramente la misma denominación de Religiosidad popular y su centramiento en los aspectos festivos y cúlticos, se debe a que la teología ha reflexionado con retraso sobre los estudios iniciados por las ciencias humanas y sociales, que obviamente estudian los fenómenos religiosos en cuanto empíricamente constatables. Pero quizás ha llegado el momento de dar un paso más y preguntarse si se puede hablar no sólo de Religiosidad Popular sino de Espiritualidad popular.
Para centrar el tema, digamos desde el comienzo que entendemos por popular no simplemente lo referente al pueblo como colectividad genérica (comunidad humana, nación, Pueblo de Dios, Iglesia), sino lo que dice relación al pueblo concretamente como estamento social pobre y sencillo, sin poder económico ni cultural, oprimido y empobrecido. Tratándose del mundo cristiano, la espiritualidad popular se referiría no simplemente a la espiritualidad laical o de la comunidad cristiana en general, sino al sector cristiano económicamente débil y socialmente marginado: ¿existe una espiritualidad popular en cuanto es espiritualidad de los pequeños y sencillos?