Descripción
Marins desarrolla el modo de ser y hacer de las CEB.
Uno de los primeros escritos que surgió en la Iglesia de Brasil sobre el tema de las CEB, antes mismo que éstas estuvieran incluidas en el Plan de Pastoral de Conjunto del episcopado brasileño (1966-1970), tenía precisamente ese título —“CEB, opción pastoral decisiva”. Esto significó siempre, en nuestra pastoral brasileña, la inauguración de un nuevo modelo de Iglesia— la misma Iglesia de Jesús y su Espíritu, pero asumida metodológicamente mucho más desde la situación de los marginados de la sociedad y de la estructura eclesial burocratizante. Iglesia pobre, misionera, liberadora, comunitaria, muy encarnada entre la gente del pueblo.
Antes de Medellín mismo las CEB ya se habían multiplicado en muchos países como Chile, Panamá, Brasil (la nomenclatura no era todavía constante y su contenido global no siempre explicitaba todo lo que ahora se incluye en él).
Después de Medellín, con su lanzamiento de la CEB (Med. 15,10), éstas se han multiplicado por todas partes de A.L. y ahora están en algunas partes de África, en las áreas más concientizadas de Filipinas, en Europa, entre los hispanos hablantes de Estados Unidos, en Pakistán, Corea, Japón (aunque en Asia son mucho menos cuanto al número y significación, por ahora).
Considerando todos estos años de trabajo de CEB, podemos concluir que la CEB es un “acontecimiento” significativo en nuestra Iglesia, y en la realidad global del continente, que concentra diversos intereses y abre considerables posibilidades a la pastoral. La CEB, no es para nosotros, un hecho aislado, desgarrado del proceso pastoral que se está desarrollando en las últimas décadas. Por lo contrario, es en cierto modo, un índice de nuestro caminar teológico-pastoral y una expresión de nuestras prioridades apostólicas.
En efecto, la CEB nace y se desarrolla en una Iglesia que busca, toda ella, renovarse, traducir en vida el Vaticano H, responder a los desafíes históricos que se viven intensamente en nuestras naciones. Una Iglesia que se evalúa, que cambia sus instrumentales e instituciones superadas: es una Iglesia que se rejuvenece desde Cristo y su Espíritu, desde el sentido íntimo de su ser y misión, reinterpretados a partir de la sensibilidad de la base, desde su red celular, desde su raigambre agarrada a la vida.