Descripción
Estamos viviendo una enorme vitalidad en los sectores populares de América Latina y en la Iglesia que echa sus raíces en esos sectores. Se afirmaba también, y con razón, un adelanto en la práctica- popular respecto de las formulaciones teológicas. En la relación circular entre compromiso y reflexión teológica, ese adelanto es siempre un estímulo y un llamado a la creatividad.
Creo que esa vitalidad viene de lo que podemos llamar la irrupción del pobre en el proceso histórico latinoamericano y en la vida de la comunidad cristiana que surge constantemente desde él. Es una entrada dura, que no pide permiso a nadie, a veces violenta. El pobre viene "con su pobreza a cuestas” como decía Bartolomé de las Casas, con su sufrimiento, con su cultura, con su raza, su olor, su lengua, con la explotación que experimenta. Cuando el pobre irrumpe lo hace con todo lo que es. Quisiera, al respecto, recordar algunos signos de lo que acabo de decir y que nos son sin duda conocidos.