Descripción
El artículo analiza la canción “Managua, Nicaragua”, de 1946, escrita originalmente en inglés por los estadounidenses Irving Fields y Albert Gamse. La pieza surge durante la era de la llamada “política de buena vecindad” de los Estados Unidos, que buscó asegurar sus pretensiones imperialistas en Centroamérica apoyándose en las dictaduras de la región, incluyendo la de Anastasio Somoza García en Nicaragua. Esta política exterior tenía un fuerte componente de “diplomacia cultural”, como mecanismo de propaganda sobre y para Latinoamérica. La canción aparece también en el marco de los intercambios entre estilos musicales latinoamericanos y estadounidenses, que ha tenido una influencia perdurable en las músicas populares de ambas regiones. Esto favoreció la amplia difusión y el enorme éxito comercial de los que gozaron “Managua, Nicaragua”, dentro y fuera de los Estados Unidos. Sirviéndose de la noción de “maquina representacional”, el artículo discute los acoplamientos entre política, cultura y mercado en la construcción de un discurso colonial que presenta a Latinoamérica como un territorio conquistable y que justifica el imperialismo estadounidense. El tema musical se inserta en una genealogía de “literaturas imperiales” que construyen a un “otro” subalterno y lo sujetan al discurso del grupo dominante. Esta inserción resulta evidente en las similitudes de la canción con ese corpus respecto a las funciones que cumplen en distintos momentos imperiales: presentar al territorio como atractivo y a la vez atrasado, y revelar sus conflictividades subyacentes. También hay similitudes estilísticas, tales como la confusión geográfica y lingüística, la exageración y la fantasía, y los tópicos estereotipados.
This article analyzes the 1946 song “Managua, Nicaragua”, originally written in English by the US American artists Irving Fields and Albert Gamse. This tune emerged during the era of the “good neighbor policy”, through which the US sought to guarantee its imperialist interests in Central America, by supporting the dictatorial regimes in that region, including that of Anastasio Somoza García in Nicaragua. This foreign policy had a strong component of “cultural diplomacy”, as a propaganda strategy about and toward Latin America. The song also appeared in the context of the exchanges between Latin American and US American musical styles, which has had an enduring influence in the popular musics of both of theses regions. This favored the wide diffusion and the huge commercial success achieved by “Managua, Nicaragua”, both inside and outside the US. Using the notion of “representational machine”, this article discusses the connections between politics, culture and market in the construction of a colonial discourse that presents Latin America as a conquerable territory and justifies US imperialism. This tune is inserted in a genealogy of “imperial literatures” that constitute a subaltern “other” and subjects it to the discourse of the dominant group. This insertion is evident in the similarities between the song and that corpus in relation to their functions in different imperial moments: to present the territory as both attractive and backward, and to reveal its underlying conflicts. There are also stylistic similarities, such as the geographical and linguistic confusion, the use of exaggeration and fantasy, and the stereotypical topics.