Descripción
Estas líneas de reflexión pueden servir de alguna ayuda en la común empresa de ir encontrando el modo de que nuestras obras educativas respondan mejor a los actuales lineamentos apostólicos de la Iglesia, la Compañía de Jesús y la Provincia.
La labor educativa no es sino una de las "multiformes" respuestas que la Iglesia da a los urgentes desafíos que le presenta su misión de evangelizar el mundo moderno.
Por eso su sentido y su función tendrán que comprenderse dentro de un más vasto proyecto evangelizador.
Objeto de la evangelización: El objeto de la evangelización no es directamente Dios, sino el Reino de Dios entre los hombres. Su meta es hacer realidad el “Venga a nosotros en tu reino" de la oración evangélica.
Esto significa por un lado aceptar y convertirse al Dios que se revela en Jesús. Pero supone por otro lado un cambio profundo en las relaciones de los hombres entre sí, de forma que Dios pueda ser reconocido como presente en la historia humana y ejerciendo efectivamente su soberanía sobre ella.
Dado que de hecho lo que ejerce su soberanía en la historia de los hombres es la maldad, la injusticia, el pecado, la acción evangelizadora lleva a una praxis histórica que busca con todas sus fuerzas el cambio radical de la actual situación.
Así la evangelización exige un proyecto global de construcción de una nueva, sociedad y una nueva humanidad.