Description
Hace dos décadas, después del triunfo de la Revolución Sandinista, Nicaragua capturó la imaginación del mundo y recibió una atención casi obsesiva. Desde lejos se observaba con admiración y consternación cómo este pequeño país centroamericano había logrado poner fin a 43 años de dictadura y se esforzaba por llevar adelante un amplio programa de transformación social, que contemplaba una reforma agraria, la reestructuración del empleo urbano y mayor acceso a la salud, la educación y los servicios sociales. No obstante, a pesar de la oposición generalizada que la dictadura de Somoza había enfrentado en Nicaragua, no tardó en hacerse evidente una clara línea divisoria entre partidarios y opositores del gobierno revolucionario que había llegado al poder, aun cuando esta línea supuso la división de las lealtades familiares en muchos casos. Las diferencias políticas de género y entre las clases sociales se profundizaron durante la década sandinista de los ochenta y han persistido hasta ahora a través de nuevas formas adoptadas en la década neoliberal de libre mercado de los años noventa.
Esta obra trata sobre las experiencias de los habitantes de bajos ingresos de Managua, la capital de Nicaragua, durante la época turbulenta en que fueron los protagonistas del escenario local, nacional e internacional. El proceso de cambios sociales, políticos y económicos emprendidos en este país se vio alterado dramáticamente por intervenciones externas así como por problemas internos no resueltos durante el período revolucionario. El libro examina el período de transición posterior al gobierno sandinista, cuando los gobiernos elegidos en los años noventa hicieron retroceder las reformas que el Estado había respaldado e introdujeron medidas para promover el desarrollo de una economía de mercado, que dejaba en desventaja a la clase trabajadora, los pobres, las mujeres y otros grupos no pertenecientes a la élite. Sin embargo, esta década también fue testigo del surgimiento de una sociedad civil integrada por organizaciones de base, organizaciones no gubernamentales (ONG) y movimientos sociales constituidos por los nuevos sujetos sociales de la revolución. Los mismos grupos desfavorecidos por las políticas actuales han aprovechado con frecuencia, los nuevos espacios de movilización política.
Las mujeres, y en un sentido más amplio las relaciones de género, son fundamentales para los argumentos planteados en este trabajo. Los cambios que trajo consigo la Revolución Nicaragüense y sus repercusiones tuvieron consecuencias a todas luces diferentes para hombres y mujeres, debido en parte a las responsabilidades que éstas han asumido siempre en el hogar. En efecto, las tareas domésticas se han vuelto más onerosas a medida que las políticas de ajuste estructural, vitales para el desarrollo del modelo neoliberal, han derivado en una reducción del apoyo estatal a los servicios sociales, a las oportunidades de empleo y a los niveles salariales. En un contexto de persistente desigualdad de género y creciente conservadurismo social, los hombres y el Estado suelen alentar a las mujeres trabajadoras, sobre todo si tienen hijos pequeños, a que dediquen atención prioritaria a sus obligaciones familiares. Las contradicciones que refleja esta situación tanto para el sistema económico, que depende de la participación de las mujeres, como para ellas mismas se refleja con claridad en este trabajo investigativo. También queda claro que algunas mujeres y otras personas en situaciones de vulnerabilidad negocian activamente los términos del neoliberalismo y reclaman nuevos espacios sociales de formas que reflejan la profunda influencia de sus historias personales y nacionales.
Este trabajo describe muchos aspectos que son propios de Nicaragua, pero también gran parte de la experiencia vivida por el país tiene mucho en común con otros países y regiones en situaciones similares. Por consiguiente, tendré oportunidad de hacer comparaciones con otras sociedades postrevolucionarias y otras naciones que han adoptado el modelo de desarrollo neoliberal.