Descripción
Según se mire, éste debería haber sido el primer cuaderno de filosofía, porqué todo lo que hemos visto hasta ahora presupone "un logos", un decir las cosas y un lugar donde ellas se revelan. Sin conciencia el mundo permanecería "velado", como lo es para el niño que apenas balbucea, hasta que consigue, con la magia de la palabra, iluminarlo.
Esta luz, y esta conciencia estaban ya, larvariamente, en los primeros átomos, como una, aparentemente, miserable semilla de Guanacaste contiene el desarrollo del árbol entero y se optó por respetar esta impresionante cronología del universo que se "eleva" hasta el pensamiento. De ese modo vimos en el primer cuaderno la génesis del Universo hasta llegar a la formación de la tierra. En el segundo, el origen de la vida y del hombre y en este tercer cuaderno vamos a ver el origen del pensamiento y el origen de la filosofía como una de las formas de este pensamiento que en ella empezó, explícitamente, a reflexionar sobre sí mismo. Pretendemos, sobretodo, que no se pierda la hilazón con los otros cuadernos. Por ello nos remontamos al inicio del pensamiento, pasando por el uso de los símbolos, los mitos y las religiones hasta llegar a la filosofía griega. Por otro lado, sin renunciar a lo específico de la filosofía intentamos hacer patente su imbricación con todo el desarrollo cultural y social, constituido por diferentes "manifestaciones" del logos. Se trata de descubrir tanto lo nuevo que aparece con la filosofía, como su continuidad con el mito, las culturas antiguas y la cultura griega en general. De hecho, ya se aprecia como todo lo nuevo aparece suave y gradualmente en un parto continuado del Universo.
En lo referente a los filósofos, se pretende comprender algunas de sus categorías básicas sin más rodeos. Este mirar cara a cara a la filosofía es especialmente importante en su origen ya que se alumbran en él las principales vías por las que discurrirá su desarrollo histórico. Atendiendo al carácter divulgativo, y al necesario esquematismo del cuaderno, nos propusimos evitar cuanto menos, algunas de las simplificaciones más abusivas; por ejemplo la que presenta a los primeros filósofos como cosmólogos o físicos, desinteresados por la sociedad y el hombre o a Platón como a un dualista sin paliativos. Finalmente puede sorprender que nos detengamos en Platón. Sin embargo, es el primer filósofo que dará abasto a prácticamente todos los problemas filosóficos. Se ha dicho que toda la filosofía no son más que notas al pie de página de Platón, que el cristianismo no es más que un platonismo para el pueblo o que de él proceden todos los males de nuestra cultura; de cualquier modo es una referencia obligada y en nuestro caso será el punto de llegada, donde ya "el logos" nos muestra uno de sus más nobles frutos.