La agricultura depende directamente de las condiciones ambientales, por eso los impactos del cambio climático cada vez son más evidentes. Los cambios en los ciclos de lluvia están impactando en los rendimientos agrícolas así como la disponibilidad de agua, la cual está disminuyendo en zonas áridas y al contrario, los excesos de agua (inundaciones) se están experimentado en otras áreas. Un clima más cálido con cambios en los patrones de sequía o de aumento de las precipitaciones afecta la producción agrícola en gran parte de América Latina. Los agricultores y agricultoras a escala pequeña son los primeros en sentir los efectos del cambio climático debido a su mayor dependencia sobre el medio natural. La variabilidad climática extrema (sequías, inundaciones y cambios bruscos de temperatura) puede destruir sus economías y el bienestar de las familias rurales más pobres porque carecen de las tecnologías, los mecanismos de protección social.