Descripción
El esfuerzo de conducir al país por la senda del Desarrollo Humano mediante la disminución de la desigualdad social y el combate a la pobreza parte de una dinámica social y económica (mayoritariamente rural) muy dependiente de la producción agropecuaria. Nadie pone en duda el potencial del país y su capacidad de generación de alimentos dada su superficie aprovechable que se aproxima a 51,988.7 km² y de esta superficie un poco más del 50% se dedica a la producción de granos básicos y otros cereales (arroz, maíz, frijol, sorgo entre otros). Sin embargo, aún con el privilegio de contar con tierras fértiles y amplio potencial de riego que posibilita la obtención de más de una cosecha anual el hambre persiste en muchos de sus territorios (1,120,000 personas según datos de la FAO 2012). Los retos que ha venido enfrentando el país en los últimos años son la pobreza y la inseguridad alimentaria medida por el acceso a la alimentación de las unidades de vida; No obstante a estos retos que el país enfrenta, se agregan dos componentes que son los principales detonantes de la vulnerabilidad y de inseguridad alimentaria: 1. Los efectos de los precios internacionales y las crisis globales 2. Cambio climático.