¿Qué aprendí yo en la universidad? ¿Qué de todo eso es lo que más me ha ayudado en mi vida profesional y personal? ¿Qué aprendizajes tendría que favorecer en los estudiantes? ¿Cuáles pueden trascender a la cultura de lo desechable que nos habita? ¿Qué tipo de saber no se vuelve obsoleto? ¿Cuál es el que puede acompañarnos a lo largo de la vida? Se intenta responder a estas preguntas en la búsqueda de lo que habría que hacer para que los estudiantes, como futuros profesionales, no caduquen tan rápido como sus teléfonos celulares.