En este artículo, analizamos el concepto de justicia curricular y sus diversas implicaciones para el campo de la educación, en general, y para los centros educativos y la práctica pedagógica, en particular. El concepto de justicia curricular cobra peso en las sociedades democráticas contemporáneas porque la vida escolar representa un microsistema de la ciudadanía y los valores que rigen las estructuras socioculturales en las cuales se desenvuelven los individuos; al mismo tiempo, la dinámica escolar realimenta, reconfigura y transforma los espacios externos al ámbito educativo, como la familia, el campo laboral y la comunidad en su conjunto. Justicia curricular evoca no sólo al derecho a aprender, sino a que dichos aprendizajes sean valiosos para la gestión de la autonomía y la participación activa en las esferas públicas y privadas de la sociedad contemporánea. Concluimos que el concepto de justicia curricular orientado a la promoción de aprendizajes significativos y valiosos es una vía potente para reestructurar los centros educativos y la vida al interior de las aulas.