Description
No existe mejor antídoto contra la miseria, la arbitrariedad y la violencia destructiva que la inversión en educación, pues ésta, además de generar grandes beneficios económicos y culturales, libera a las personas del inmenso poder mediático que desvirtúa el sentido y la dignidad de la vida humana. La educación de las personas no se circunscribe a la actividad formativa inicial durante los años de la adolescencia y la juventud, sino que es necesario incorporar la virtualidad de la educación a lo largo de la vida y fomentar el aprendizaje permanente. A partir de la última década del siglo XX, en algunas de nuestras universidades se ha programado una nueva oferta educativa: la formación de las personas mayores, claramente distinta de otras modalidades tradicionales, como las aulas de la tercera edad y las actividades culturales de extensión universitaria. Esta nueva oferta universitaria no está orientada hacia el campo académico y profesional, sino hacia la realización personal y el desarrollo de una ciudadanía activa y cohesionada. El objetivo de nuestra reflexión y, por consiguiente, la aportación significativa del artículo consiste en llamar la atención sobre la utilidad de los programas universitarios para mayores que cada universidad configura de acuerdo con sus decisiones autónomas; además, como muestra de la relevante pluralidad, se aporta un resumen de la experiencia personal acerca del Programa Sénior de la Universitat Jaume I, en España. Ante todo, el artículo pretende apoyar esta modalidad educativa y justificarla en el marco de la formación permanente a lo largo de la vida.