La evolución continua de las disciplinas y los campos de conocimiento, tanto por su pro- pio desarrollo como por la transformación inin terrumpida de las prácticas culturales a las que todos estamos sometidos, posibilita formas de relación interdisciplinaria diferentes en distintos momentos. En el caso de las aportaciones de la psicología y la educación cabe reconocer el momento particular de desarrollo de cada una de estas disciplinas, y cómo ello le da características especiales a este cruce de caminos.