Descripción
En la práctica educativa, y a veces también en el ejercicio profesional, he encontrado a numerosas personas —alumnos, maestros y profe- sionistas— que expresan su dificultad de vincular la práctica con la teoría. Les parece demasiado esfuerzo invertido en aprender una diversidad de teorías en relación con sus posibilidades de aplicación, o con la utilidad que representan para orientar sus acciones profesionales. ¿Para qué aprender tantas teorías si después no las vamos a aplicar? Sin duda alguna se trata de un fenómeno complejo que tiene varias facetas. En este ensayo pretendo esbozar algunas ideas y experiencias que ayuden a comprenderlo y a transformarlo, pistas que ayuden a saber cómo propiciar una adecuada relación entre la práctica y la teoría, de modo que éstas cobren vida, que las podamos reconocer como explicaciones tentativas que nos ayudan a entender ciertos fenóme- nos y a orientar nuestras acciones cuando tratamos de modificar o influir de alguna manera en ellos