Descripción
Para el mundo moderno, el sujeto que aprende es el sujeto del conocimiento, el que acuñó Descartes cuando identifica al conocimiento como aquello que sucede al interior de la mente humana y dota de sentido a su existencia. En tal sujeto la capacidad de reflexionar sobre su propio saber proviene de un gesto de separación radical entre la mente y el cuerpo. ‘Pienso, luego existo’ es la postulación de un yo radicalmente autónomo por relación a todas las dimensiones del cuerpo, es decir, de las pasiones, de las emociones, de los afectos.