Se me ha solicitado escribir algunas ideas a propósito del papel que desempeña la intuición en mi práctica educativa. Si documentar y explicar las prácticas que educan es ya de por sí una actividad con suficiente nivel de complejidad, precisar el papel que juega en ellas la intuición se vuelve una tarea doblemente complicada. He aceptado el reto que se me propone y aportar algunas reflexiones al respecto. Aclaro, de entrada, que he decidido no adoptar como punto de partida un análisis de las teorías sobre la intuición sino centrarme exclusivamente en explicar cómo opera en mí la intuición cuando educo, asumiendo las limitaciones que este enfoque pueda tener.