No hay arte sin espectadores. Por más extraordinaria que se considere a una obra y al artista que la produjo, sin la participación del espectador el arte no tiene razón de ser. En este sentido, el carácter críptico y excluyente que caracteriza al arte contemporáneo –y al discurso que la crítica de arte produce de él–, ha alejado al público. El arte se ha vuelto un asunto elitista para supuestas minorías especializadas. En este contexto se inscribe la obra del artista conceptual uruguayo Luis Camnitzer (Lübeck, 1937), que le otorga al espectador –en particular al de América Latina, destinatario principal de su trabajo– el papel de cocreador y coproductor de un conocimiento que aporte elementos para el reordenamiento social. Este proyecto de investigación se propone responder a la pregunta de si puede la interpretación de una obra artística –según la define Umberto Eco (1979) – estar relacionada con algún eventual proceso de empoderamiento y/o emancipación en el espectador/intérprete. Los sujetos de investigación son espectadores de las exposiciones “Luis Camnitzer” y “Contra el olvido”, montadas en el Museo de Arte Contemporáneo y el Museo de la Memoria de los Derechos Humanos, respectivamente, de la ciudad de Santiago de Chile, entrevistados durante el mes de agosto de 2013. Todo ello en el marco del 40 aniversario del golpe militar. Como una manera de reforzar el análisis, y haciendo uso del procedimiento de triangulación metodológica, la obra artística más referida por los espectadores se analiza de acuerdo a tres categorías (ritmo y repetición; límite y exceso; y detalle y fragmento) propuestas por Omar Calabrese en La era neobarroca, obra que busca entender las manifestaciones culturales de la contemporaneidad.