Ser docente de un segundo idioma, en este caso de inglés, es una profesión que conlleva grandes retos, como el que puede ser una profesión individualista. Independientemente de si se trata de nivel preescolar o universitario, el docente de inglés siempre tiene que recurrir a su creatividad para la planeación de sus clases y del desarrollo de productos didácticos como apoyo personal o requisito de instituciones educativas para el logro de objetivos de aprendizaje; esto le implica estar siempre inmerso en una constante producción de recursos que solamente se aprovechan para un uso particular. Adicionalmente, es un profesionista que la mayor parte del tiempo es contratado por horas y no se beneficia del trabajo colegiado de sus pares. No tiene la oportunidad de compartir su experiencia por restricciones de tiempos y/o espacios, lo que no le ayuda a innovar su práctica. El presente informe expone cómo un proyecto de gestión del conocimiento permitió atender estas dos necesidades en un equipo de profesores de inglés del Centro de Lenguas del ITESO. A través de este proyecto, se cubrió la necesidad de compartir y sistematizar la experiencia en forma de conocimiento de ese grupo de profesores de inglés, al intencionar espacios para su intercambio y trabajo de manera cooperativa; esto permitió ser un escenario que puso en marcha la colaboración y el compromiso entre el grupo.